
Cansado del camino
Cansado del camino, sediento de ti
un desierto he cruzado,
sin fuerzas he quedado,
vengo a ti.
Luché como soldado y a veces sufrí
y aunque la lucha he ganado,
mi armadura he desgastado,
vengo a ti.
Cansado del camino, sediento de ti
un desierto he cruzado,
sin fuerzas he quedado,
vengo a ti.
Luché como soldado y a veces sufrí
y aunque la lucha he ganado,
mi armadura he desgastado,
vengo a ti.
Sumergeme!! en el río de tu espíritu,
necesito refrescar este seco corazón,
sediento de ti. (x2)
Cansado del camino, sediento de ti
un desierto he cruzado,
sin fuerzas he quedado,
vengo a ti.
Luché como soldado y a veces sufrí
y aunque la lucha he ganado,
mi armadura he desgastado,
vengo a ti.
Sumergeme!! en el río de tu espíritu,
necesito refrescar este seco corazón,
sediento de ti. (x2)
Sumergeme!!
El ministerio de la mujer cristiana
Creemos que en estos tiempos de tantos cambios de valores morales y espirituales en la vida de las sociedades, los cuales afectan severamente a la vida de la familia, de los hogares, y de los hijos.
Es conveniente identificar el rol que tiene la mujer cristiana en el desarrollo del cuerpo de Cristo, es su posición de comando, de liderazgo, cuando así Dios lo dispone.
Nosotros entendemos y declaramos, que las iglesias cristianas tienen que actuar como transformadoras de su entorno social; como elementos que lideren el desarrollo de los valores, para que sobre esa base; la calidad de vida de las gentes sea mejorada, es decir, a través de la aplicación de la palabra de Dios en sus vidas, como una forma o estilo de vida.
El ministerio mas importante, tanto del hombre como de la mujer; es el cuidado, formación y desarrollo integral de su hogar; entendiendo que la familia es el núcleo de la sociedad, y de que el MATRIMONIO DE VARON Y MUJER, es la célula vital dentro de la familia y de la sociedad.
Ahora bien, en el libro de (Gn 1:27) dice, ” Y creo Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creo, varón y hembra los creó” ; en el (versículo 28) dice ” fructificad, llenad, sojuzgadla, y señoread “.
El Señor se esta refiriendo aquí al hombre y a la mujer en la misma condición, en la misma oportunidad y honor, aunque en diferentes funciones, según sus personales capacidades y el sexo que poseen.
En (Gn 2:18) dice la palabra, ” no es bueno que el hombre este solo, le haré ayuda idónea para él ” este versículo tiene conexión con (1 Cor 11:3), cuando vemos, ” Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer…”
aquí se establece una jerarquía y línea de autoridad en lo referente a la estructura matrimonial y familiar; véase que no dice que el varón sea cabeza DE TODA mujer.
Así en (Ef. 5:23) confirma la palabra que ” el marido es cabeza de la mujer…”; lo dice en el sentido de PAREJA MATRIMONIAL; por ello, en la ayuda idónea de la mujer para el hombre, esta desempeña tareas y roles importantes como pareja idónea del matrimonio y viceversa. Ambos, como esposos son el uno para el otro.
Según se aprecia el hombre y la mujer como pareja conforman una unidad de acción y de desarrollo tanto en lo individual, así como en pareja matrimonial.
La mujer como ser, en su naturaleza y disposición para la vida y la sociedad, esta hecha a la imagen de Dios, asumiendo roles semejantes al hombre, y sin perder su femineidad, su sexo, su ternura, su delicadeza, su identidad, y ese rol maravilloso que Dios le dio, la capacidad de ser madre.
Gracias Señor por crear a la varona, porque sin ella, este mundo no tendría cromática, sonido, ni calor de vida.
La mujer y el hombre son complemento el uno del otro; en tanto la mujer no tenga esposo y sea la ayuda idónea para el esposo, quien es la cabeza del hogar; ella, la mujer, creación de Dios, tendrá como cabeza al Señor.
Y tiene todo el derecho a cubrir posiciones según sus talentos y capacidades en las actividades de la sociedad global; tampoco pretendiendo cubrir roles que por naturaleza le son reservados para el hombre.
Y viceversa, en actividades que les queda mejor a las mujeres realizarlas por su género, o por sus cualidades o especiales características físicas y fisiológicas de mujer , y que se adaptan mejor a algunas actividades.
Por que el hombre no puede fregar los platos?, colaborar en la limpieza de la casa?, o tal vez cocinar? Acaso pierde su varonilidad? Los tiempos, estilos de vida, prejuicios y costumbres están cambiando, por efecto de la fuerte influencia de la tecnología en el seno de la familia.
Por lo demás, la mujer tiene la capacidad física, intelectual, moral y espiritual para trabajar a la par con el hombre, y de ocupar las más importantes posiciones en la vida económica y social; Dios las ha dotado por ejemplo de una especial capacidad para soportar los dolores físicos, cosa que en el hombre no es común.
En (1 Pe 3: 4 – 5) dice la palabra acerca de la mujer “sino del interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios. Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas en sus maridos “.
Y SUJETA no significa privada de sus derechos y libertades de participación. Lo dice en el sentido de ORDEN, DISCIPLINA, AUTORIDAD, RESPETO; pero mutuo también, y no de controlismo patológico, porque si ella no es reconocida en sus deberes y derechos, que podría esperarse entonces de su respuesta como mujer?
Efectivamente, la mujer es vaso frágil y coheredera de la gracia de la vida. Gloria al Señor que la creo !.
La sociedad ha sido injusta y ha malinterpretado el papel de la mujer, y ella en parte lo ha permitido también, tanto así que el machismo no permite que en muchos hogares la mujer tome decisiones o iniciativas.
Pero los tiempos están cambiando más y mas, la mujer ha despertado, las mismas necesidades han motivado a que hoy en día en la pareja, los dos trabajen, y en todo orden de cosas las mujeres ocupen roles de importancia.
así en la política, en el gobierno publico, en las empresas, en las funciones directrices, y en mucho mas, las mujeres han demostrado que no solo saben ser buenas amas de casa, sino que además son muy profesionales en las cosas que les competen, bueno, diremos que casi, porque también hay notorias excepciones.
Pero como en todo, también han llegado a veces a excesos en la exigencia de oportunidad y participación, formando movimientos feministas que mas proclaman confrontación y enfrentamiento con los hombres. Lo cual lesiona la paz y buena voluntad que debe existir entre los seres humanos.
Por otro lado, en los roles de la mujer en la obra de Dios, también han encontrado ellas ciertas restricciones de algunos lideres y comunidades, basados quizá en prejuicios, y en una sesgada interpretación de la palabra de Dios.
Y que la mujer obediente y sumisa ha sabido disponer su corazón para el acatamiento y obediencia de reglas y doctrinas de hombres que se han impuesto en sus respectivas comunidades cristianas y entornos sociales.
La Historia Universal registra el resaltamiento con brillo propio de muchas mujeres, y la misma palabra de Dios nos informa y enseña que en el rol de la mujer del Antiguo Testamento y también en los tiempos del Nuevo Testamento, las mujeres ocuparon tanto en lo publico, como en lo privado, una acción de participación plena, a diferencia de los pueblos árabes y paganos.
Con frecuencia la mujer asumió posiciones de liderazgo, aun en los movimientos de carácter religioso. Así vemos, la especial influencia que tuvieron Sara, Rebeca, Raquel, y Lea en la historia patriarcal; así también , la alabanza de María la hermana de Moisés, con panderos y danzas, guiando a las mujeres para alabar a Jehová.
La conducción que hiciera Débora a un ejército de 10,000 hombres, su triunfo, su gobierno y juzgamiento a Israel. La piedad y dulzura de Ana, madre de Samuel. La sensatez de Abigail para salvar a su insensato esposo.
Las Sagradas Escrituras nos narran hechos de las reinas madres, y la frecuente influencia de ellas en la vida de los gobiernos de sus hijos o esposos. Otras menciones son el de la profetisa Hulda, y de la idílica narración de la mujer sunamita.
La Biblia abunda en hechos y nombres de mujeres como Ruth, como Esther en su valor y devoción; otros nombres importantes son el de Dorcas, Lidia, Priscila, Febe, Loida, y Eunice.
Y sin dejar de mencionar a María, la madre de Jesús ( Lc 1: 48 ) ” pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones “. Su santidad y sin iguales cualidades la hicieron elegible a los ojos de Dios y predestinada para su grandioso rol en el cristianismo.
La palabra nos habla también de Juana, esposa del intendente de Herodes, y de Susana y otras muchas que proveían de sus bienes para apoyar a Jesús durante su ministerio.
En ( Ro 16 ) se menciona a varias diaconisas que trabajaron para la obra de Dios.
En síntesis, la mujer y su rol ministerial esta registrado en la palabra de Dios, en diversos roles como profetisa, poetisa, madre, educadora, líder, proveedora y estratega.
Se cuenta que allá para el año 250 A.C., en un Reino lejano, un Príncipe de la región norte del país estaba por ser coronado Rey, pero de acuerdo con la ley, él debía casarse. Sabiendo esto, él decidió hacer una competencia entre las muchachas de la corte para ver quién sería digna de su propuesta. Al día siguiente, el príncipe anunció que recibiría en una celebración especial a todas las pretendientes y lanzaría un desafío.
Una anciana que servía en el palacio hacía muchos años, escuchó los comentarios sobre los preparativos. Sintió una leve tristeza porque sabía que su joven hija tenía un sentimiento profundo de amor por el príncipe, pero pensaba que su hija no estaría a la altura del desafío. Al llegar a la casa y contar los hechos a la joven, se asombró al saber que ella quería ir a la celebración.
Sin poder creerlo le preguntó: “¿Hija mía, qué vas a hacer allá?
Todas las muchachas más bellas y ricas de la corte estarán allí. Sácate esa idea insensata de la cabeza, sé que debes estar sufriendo, pero no hagas que el sufrimiento se vuelva locura”.
Y la hija respondió: “No, querida madre, no estoy sufriendo y tampoco estoy loca. Todo parece indicar que jamás seré escogida, pero es mi oportunidad de estar por lo menos por algunos momentos cerca de mi amado Príncipe. Esto me hará feliz”
Por la noche la joven llegó al palacio. Allí estaban todas las muchachas más bellas, con las más bellas ropas, con las más bellas joyas y con las más determinadas intenciones. Entonces, finalmente, el Príncipe anunció el desafío: “Daré a cada una de ustedes una semilla, aquella que me traiga la flor más bella dentro de seis meses, será escogida por mí, esposa y futura Reina”.
La propuesta del Príncipe seguía las tradiciones de aquel pueblo, que valoraba mucho la especialidad de cultivar algo, además de las costumbres, amistades, relaciones, etc.
El tiempo pasó y la dulce joven, como no tenía mucha habilidad en las artes de la jardinería, pero cuidaba con mucha paciencia y ternura de su semilla, pues sabía que si la belleza de la flor surgía como su amor, no tendría que preocuparse con el resultado.
Pasaron tres meses y nada brotó. La joven intentó todos los métodos que conocía pero nada había nacido. Día tras día veía más lejos su sueño, pero su amor era más profundo. Por fin, pasaron los seis meses y nada había brotado.
Consciente de su esfuerzo y dedicación la muchacha le comunicó a su madre que sin importar las circunstancias ella regresaría al palacio en la fecha y hora acordadas sólo para estar cerca del Príncipe por unos momentos.
En la hora señalada estaba allí, con su vaso vacío. Todas las otras pretendientes tenían una flor, cada una más bella que la otra, de las más variadas formas, tamaños y colores. Ella estaba admirada. Nunca había visto una escena tan bella.
Finalmente, llegó el momento esperado y el príncipe observó a cada una de las pretendientes con mucho cuidado y atención. Después de pasar por todas, una a una, anunció su resultado. Aquella bella joven con su vaso vacío sería su futura esposa.
Todos los presentes tuvieron las más inesperadas reacciones. Nadie entendía por qué él había escogido justamente a aquella que no había cultivado nada. Entonces, con calma el Príncipe explicó: “Ésta fue la única que cultivó la flor que la hizo digna de convertirse en mi Esposa y Reina: La flor de la honestidad, todas las semillas que entregué eran estériles”.
Maravilloso relato, ¿no?. En tiempos donde lo importante parecen ser los resultados, los logros, el éxito, lo visible, cultivar el valor de la honestidad parece un valor perdido, el cual casi hemos olvidado, somos capaces de inventar los más variados argumentos para excusarnos, por no decir me equivoqué, para ser humildes y reconocer que otros tienen la razón, o para decir no sé acerca de esto.
Opinamos sobre todo, juzgamos a todos… La “viveza”, hoy en día comparada con la habilidad, se ha convertido en un valor, encubriendo la mentira, el engaño, la falta de honestidad para con nosotros mismos y los demás. La verdad, la sinceridad, la humildad… no son virtudes exacerbadas en las comiquitas para niños, ni en las publicidades para adultos.
Nuestra sociedad ha confundido el significado de la palabra ÉXITO.
Si he terminado mi día siendo leal a mí mismo, sin traicionar mis creencias, mis sentimientos y apegándome a los principios expuestos por el Dios al cual digo servir, para quedar bien u obtener resultados… ése ha sido un día de éxito. Puedes hacer de este, un día exitoso… De ti depende.”
1 Timoteo 2:2Vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.
1 Corintios 7:35Esto lo digo para vuestro provecho; no para tenderos lazo, sino para lo honesto y decente, y para que sin impedimento os acerquéis al Señor
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